2.2 La información comunicada y su manipulación

Los animales producen señales cuando a ellos les resulta beneficioso al margen de si otros se benefician al recibirlas. Las presas emiten señales dirigidas a los depredadores cuando se benefician de hacerlo y el beneficio que obtienen suele ser a expensas del depredador.

Pero que ocurre entre miembros de la misma especie podríamos pensar que los animales son tremendamente egoístas, se comportando un modo que maximice su eficacia. La información que pasa de uno a otro cuando se transmite una señal puede ser útil para el que la recibe pero….esto n o siempre es así ¿….? Me explico, hay algunos ejemplos en los que se ajusta más a la realidad el pensar que los animales se manipulan el uno al otro en vez de compartir la información. Un ejemplo es el comportamiento del pez luna azul.
La mayoría de de los machos de esta especie no maduran hasta los seis o siete años, y es entonces cuando delimitan territorios a los que atraen a las hembras. Estas son más pequeñas y tienen un aspecto diferente. La mayoría de las veces, dos o más hembras desovan en el territorio de un macho, este vierte el esperma etc.… Ahora es cuando viene lo bueno, algunos de los machos alrededor de un 20% maduran con sólo 2-3 años de edad, cuando son más pequeños de lo habitual. Estos machos son similares a las hembras y se suman al apareamiento de las parejas.
El pobre macho territorial no expulsa al intruso porque no es capaz de distinguirlo de una hembra más así el sigue tan contento mientras el “espia” consigue fecundar igualmente huevos de las hembras. Ya que sólo un 20% por ciento de los machos maduran antes, no hay peligro de que desaparezcan los machos territoriales al postre necesarios para proteger los huevos así que la naturaleza otorga la posibilidad de convivencia dentro de una misma especie. En este ejemplo los machos imitan a las hembras y los otros machos son incapaces de descubrir la treta. Son manipulados por los imitadores.

Otros ejemplos son los de los animales a los que les compensa parecer más grandes de lo que son en realidad. Esto ocurre a menudo en las exhibiciones agresivas ya que, cuanto más grande parezca ser un animal, más probable es que su rival se sienta intimidado y se retire sin entablar una escaramuza.
Otro ejemplo es el del pez luchador de Siam que despliega sus aletas todo lo que puede cuando se cruza nadando con un contrincante y que hinche los opérculos de las agallas cuando se encuentra de frente. Ambas acciones le hacen parecer grande y amenazador. Con que algún pez realizase tal exhibición, como es probable que ocurriese originalmente empujaría a otros de la misma especie a retirarse. Así pues parecer más grandes, habría tenido ventajas para ellos y la selección natural habría hecho que esta característica se difundiera entre la población hasta que, finalmente todos los peces luchadores acabaron mostrándose tan grandes como les era posible a la hora de exhibirse.

La comunicación implica la transmisión de información en forma de una señal, de un individuo a otro. Como se ve, esta “información” puede ser verdadera o falsa, lo importante es que representa algún beneficio para el animal que la suministra.
El engaño tiende a ser poco frecuente ya que cuantos más individuos lo practiquen tanto más beneficiará al receptor a dar por supuesto que la información es falsa. Si casi todas las aves que parecen tener un ala rota en realidad fingen estar heridas, cualquier zorro que descubra a una saldría ganando más si no persigue al adulto y opta por buscar los huevos o los poyuelos. En realidad lo hacen a veces por lo que tal vez el actor esté sobreactuando demasiado.

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