3.2 El oído
El sonido no es un canal de comunicación tan privado como lo es la vista, ya que los ruidos viajan desde su punto de partida en todas las direcciones y no es fácil limitarlos para que sean dirigidos hacia un solo individuo.
Los sonidos también doblan las esquinas y se meten por los recovecos se desplazan por la maleza y el entorno aunque no sea tan rápido como lo son las señales visuales que se desplazan a la velocidad de la luz. Utilizar el sonido es una buena forma de darse publicidad siempre que el animal produzca una señal lo suficientemente audible como para que merezca el riesgo de ser descubierto.
Algo muy bueno de este canal de comunicación es que se puede transmitir un montón de datos de forma casi instantánea, si bien algunos sonidos viajan mucho mejor que otros en diferentes entornos, en los bosques el sonido rebota en los árboles por lo que el patrón de una secuencia de notas en el tiempo queda distorsionado. Las notas limpias, sin embargo, pueden atravesar relativamente inalteradas un medio semejante.
Como cabría esperar, las especies de aves que viven en los bosques tropicales de América del sur, rehuyen de trinos rápidos y emplean en sus cantos un mayor número de notas que las especies de campo abierto que viven en las inmediaciones de los bosques.
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