2.1 Cuando la comunicación es entre presa y depredador

¿Qué hay de los casos en los que se cree que las señales que se producen específicamente son para comunicarse con el depredador? Es frecuente que la información que ofrecen sea muy equívoca. A menudo se dice que tales señales son engaños, señuelos o simplemente trampas y claro está implica que los animales que las producen sean conscientes de que las están emitiendo, producen estas señales simplemente porque la selección favorece la transmisión de información falsa.

El ave que arrastra su ala fingiendo estar herida para alejar al zorro de donde está su nido, se está comunicando con el zorro, pero la información que le está dando es falsa. No tiene el ala realmente rota, y una vez que se haya alejado al zorro lo suficiente como para asegurarse de que el nido y los poyuelos están seguros, echará volar dejando al depredador con un palmo de narices.

Otra especie curiosa es la polilla, esta inclina sus alas delanteras para dejar al descubierto dos grandes manchas oculares y así engañar al ave potencial depredador de esta que al ver esos ojos mirándola harán su labor es decir disuadir de realizar un ataque por este método de engaño la polilla sobrevive .

Los insectos que saben mal o tienen aguijón a menudo advierten de su naturaleza mediante una coloración brillante, con lo que los depredadores no tardan en aprender que es mejor ignorar estas presas. Salen ganando tanto el depredador como la presa, esta evita todo daño y el depredador se ahorra un acomida desagradable.

Otras especies pueden haber evolucionado para imitar a las presas desagradables aun siendo perfectamente comestibles. Las bandas negras y amarillas de las avispas y las abejas advierten a las aves que tienen aguijón; los sírfidos son inofensivos, pero tienen bandas similares y así evitan ser capturados sin necesidad de ser peligrosos.

Las presas pueden por tanto advertir a los depredadores que se mantengan alejados o engañados para que lo hagan fingiendo algo que no es cierto. Los depredadores pueden comportarse de un modo similar, en este caso pareciendo ser inofensivos cuando en realidad son letales. El oso polar es blanco, con lo que se confunde con la nieve y puede acercarse a su presa sin ser visto. Una rapaz, el ratonero, que atrapa pequeños mamíferos, también se funde con el fondo, pero lo hace asemejándose en su silueta de buitre, sus presas prestan poca atención a los buitres, ya que estos sólo comen carroña, así el ratonero sale ganando con este engaño al poder acercarse a su presa sin que esta salga huyendo. El color verde de la mantis religiosa es similar al de las ramas en las que habita quizás este camuflaje le permita comer más a menudo.

Pero los depredadores no han perdido el tiempo en cuestiones de engaño, el llamado mimetismo agresivo por ejemplo el de las luciérnagas macho que producen una señal en forma de destellos de luz característica de su especie, y las hembras responden con otro patrón que es también característico o específico de la especie, animando al macho a aproximarse para aparearse. La hembra de la especie Photuris sin embargo es depredadora y cuando detecta destellos del macho de cualquiera de las otras especies responde con la versión femenina apropiada para ese caso. El pobre macho de turno vuela para aparearse y en vez de eso acaba formando parte de los “michelines” de la voraz hembra.

Sólo deseo que con estos casos que aún siendo escasos se pueda ilustrar el hecho de que los depredadores y las presas pueden, o bien fundirse con su fondo, evitando así comunicarse, o pueden comunicarse entre sí aunque en ese caso la información que ofrecen es normalmente falsa. Sin embargo que la comunicación no siempre implique información útil para el animal que la recibe no es sólo aplicable a los depredadores y las presas. La comunicación entre miembros de la misma especie puede interpretarse en términos similares.

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